Anécdotas

El almacén de Ricardo... (Toto Amescua)

Ricardo no fue ferroviario pero tuvo un almacén de ramos generales muy grande frente a la estación El Trigo, de esos que uno pide un traje de buzo y te preguntan "de qué color lo quieres", que debió cerrar como consecuencia del levantamiento del ferrocarril, como tantos otros comercios y pequeñas industrias que habían crecido a la vera del ferrocarril, dejando el cierre, en cada estación un pueblo fantasma. También estaba en El Trigo "La Peluda", el campo de Ricardo. Con las anécdotas de boliche que son muchísimas y que Caito contaba con mucha gracia, como la de los dos paisanos que estaban en el despacho de bebidas tomando, mientras Caito le iba preparando el pedido al más opa, cuando este le dice que quiere papel higiénico y Caito va a buscarlo. El otro le dice "seguro que le da Higienol, que es el mas caro, teniendo uno usado muy barato". Cuando regresa Caito, el opa le pregunta qué papel le había puesto, a lo que le responde: "Higienol" y el opa le dice que "no quiere ese por ser muy caro, que le ponga el usado que es mas barato", y no bien termina de decirlo se da cuenta y casi mata al que le había hecho la broma...
Como para pintar a Caito: en el autoservicio que tenia en 54 y 17 colgada detrás de las cajas había una guacha, la de lonja mas grande que rescato del almacén El Trigo y en la lonja había escrito "LIBRO DE QUEJAS"....


LA AMISTAD... Ramos Generales (1928 -1980) (Fabián Draghi)

Como ya les he contado, abuelo (Ricardo) comenzó con un bar, para luego ir anexando artículos necesarios para la gente de campo, como alpargatas, fósforos, azucar, yerba, etc. Este bar funcionaba a principio de un lado de la Estación (Cuartel 9no.) y con el tiempo se mudo al otro lado (Cuartel 10mo.-) transformándose en un gran almacén de ramos generales. Fue el más grande de El Trigo y de la zona y había de todo.-

La Amistad tenía: Bar (allí se generaron las más lindas anécdotas de El Trigo), Ferretería, Bebidas, Almacén, Tienda, Talabartería, Relojería, Zapatería, Pinturería, Mueblería, Combustibles, Arena , Piedras, Maderas, Maquinarias Agricola etc. etc.

Tenía un galpón de 10 metros de frente por 30 de fondo, que se utilizaba como deposito de mercaderia.-Para que tengan idea de su tamaño, cuando Caito cerró para venirse a vivir a La Plata, el Almacén ya se encontraba bastante escaso de mercaderia, entonces para su liquidación definitiva se realizaron DOS remates de DOS días de duración cada uno.

Era punto de encuentro y referencia de todos los lugareños y forasteros que andaban por la zona, sus paredes encierran miles de secretos, disputas, conversaciones políticas, reuniones de trabajo, historias de amor, etc.etc. Quien no conocía LA AMISTAD, no conocía El Trigo.-


Algunas anécdotas del Almacén: Un paisano que se llamaba "Domingo Moledau", ya bastante mayor él, había tenido un hijo con su Señora Martha, al que llamaron Abel y la decían "ABELITO".- Abelito creció y creció pero para los padres siempre fue Abelito, siempre lo trataron como a un hermoso Bebe, tal era el caso que un día en el Bar de La Amistad, cuando ya tenía aproximadamente 12 años, el padre ordenó que le sirvan un Gancia con Fernet a él y Una Coca Cola al "BEBE" que luego de tomar más de la mitad de la gaseosa, se acomodo contra la pared, abrió la boca y emitio un increíble, grosero y ruidoso erupto, propio de una bestia que se toma media coca cola, pero más increíble fue la respuesta del Paisano Moledau, quien consoló a su bebe con la siguiente frase: "Provechito ABELITO"...

Este Señor era bastante timido y el primer beso a su única novia y posterior esposa, sucedió en el medio del campo. Le díó el beso y salió corriendo a la Comisaría de El Trigo, allí se encontraba el Sargento Juan Cejas (el milico del pueblo) y Moledou con los ojos saltados gritaba: " Juan, Juan, Juan... Vozz zabés? HOY NOS GETEAMOS"...

Había otro paisano que se llamaba RONCOLI, el doble de bruto que el anterior. Un día en el Bar estaban unos jujeños tomando un trago y el paisano los escuchaba atentamente y se salía de la vaina por iniciar una conversación con ellos, y así fue:- Señores, ustedes no son de aquí...¿no? - No, nosotros somos jujeños ¿y Usted?... - NO, YO SOY ARGENTINO NOMÁS...

Este mismo hombre, muy simpático y charlatán, pero insisto: "muy bruto". Un día, tomando un cafe al cogñac en el citado Bar, le preguntó a un amigo, sabiendo que su esposa se encontraba convaleciente de un operación: - Che... y tu mujer como anda...?- Bien... recuperandose de la operación.- Ah!... y de que la operaron?- De un fibroma en el utero.- Ah! Vos sabés que yo también me tengo que operar de esoOtro era un tal MONTI, Bruto, agrandado y muy, muy FEO, dueño de una terrible cara y una gran pera. Había salido en revista GENTE, por que habían hecho un reportaje como desocupado, pero no porque no hubiese trabajo en esa época, sino porque no le gustaba laburar, y en una rueda de vino, sabiendo los demás de su agrande, fue participe del siguiente diálogo:- Che MONTI, Así que saliste en la revista GENTE? (preguntó uno)- SI, me hicieron un reportaje.- Las minas que te vas a levantar ahora!!! (exclamó otro, haciendole el entre)- SI... y deja que ahora me haga la cesarea en la pera y vas a ver!!! - ¿Como la cesarea? No querrás decir la CIRUGIA (preguntaron a coro)- SI, BUENO... ESO!!!Con tantas anécdotas, podemos hacer un libro, pero mi intención era contarles un poquito de algunas charlas que guardaba en sus rincones "LA AMISTAD", Ramos Generales.-


De Caito... (Fabián Draghi)

"... aprovecho para contarte una de las últimas anécdotas de CAITO (mi amigo), que paradójicamente no es del campo sino de la ciudad ("jungla de cemento", como él la llamaba)

Resulta que un día fue a mostrar una propiedad en muy mal estado con mi socio Daniel, el tema es que ninguno de los dos la conocía, pero iban con una sola premisa: VENDER o VENDER. Entonces se pusieron de acuerdo para macanear, pero como el que lo hacía mejor era Caito, Daniel le cedió la palabra ante los posibles compradores.

Y Caito empezó su alegato: El techo se llueve... pero con membrana se soluciona....Las paredes tienen humedad, les falta revoque y pintura... pero eso es lo de menos...Y el piso...¡¡ MIRE QUE PISO !! Todo pinotea !! Esto, con una cepilladita ¡¡QUEDA NUEVO !! Y en ese preciso momento, a Daniel, que iba unos pasos adelante, se to tragó la tierra...! El piso estaba todo podrido...!!!Lo cómico: Daniel terminó con la campera rota, esguince de tobillo y torcedura de rodilla ... pero Caito les vendió la casa..."


Luis Pablo, de Azul... (Toto Amescua)

Luis fue conductor de maquinas a vapor ("ingeniero", como dicen los norteamericanos) y estuvo trabajando como maquinista antes de jubilarse en el ramal Azul - Tandil, (esto me lo contó él mismo, en el galponcito-taller del fondo de la casa de la calle Mitre, en Azul). Luis era muy hábil para los trabajos manuales. Siempre me pregunté: ¿qué habrá sido de la replica tallada en marmol de su locomotora, que tenia hasta grabado el número de máquina...?

Después de muchos años, Sabina Draghi, bisnieta de Luis, nos envió las fotos de la máquina, custodiada por su familia en Chascomús...

Como muestra de la calidad de los trabajos hechos por Luis, incluimos también una fotografía de un tintero regalado a su hermano José Andrés, en 1927, en ocasión de su casamiento con Hortensia.

El ramal en el que Luis era maquinista fue levantado en la década de 1950, y pasaba por las tierras de cultivo donde habían iniciado la actividad de chacareros sus familiares.


El jarrón regalado... (Juanjo Vendramin)

Esta historia no puede ser confirmada ni desmentida, pero la he escuchado desde hace mucho tiempo como ocurrida en la familia, y asi la quiero compartir.

Parece ser que ante la proximidad de un casamiento cercano y la necesidad de hacer el correspondiente regalo, a alguien se le ocurrió "regalar un regalo ya recibido": un jarrón. El problema aparece porque este jarrón además se había roto hacía poco (o en ese momento, no importa mucho...). La picardía ítalo argentina surgió y a alguien se le ocurrió meter el jarrón roto en una caja, envolverlo prolijamente para regalo y enviarlo a casa de los contrayentes (con la intención de simular una rotura durante el trayecto...)El problema está en que al recibir el jarrón roto, la familia de los recien casados decidió solucionar el inconveniente pegando prolijamente las partes rotas y con sorpresa descubrieron que el jarrón entero no entraba en la caja...


Tallarines con Sbrufa... (Toto Amescua)

Cuando todavía vivían en Barracas, Serafín y su hermano Juan decidieron salir a cenar afuera, dirigiéndose a La Boca, lugar donde en aquellos tiempos, igual que en estos, había muchas cantinas y restaurantes. Como andaban con plata, eligieron uno de los buenos, “no importa lo que cueste”, se sentaron, eligieron el vino y comenzaron a estudiar el Menú con idea de pedir algo diferente a lo que comían todos los días; no habiendo mucho para elegir les llamó la atención un plato: Tallarines con Sbrufa...; "Tallarines sabemos qué es, pero veamos como es esta salsa", se dijeron...

Rato después apareció el mozo con enorme fuente de tallarines, bien al dente y caminando por detrás del mozo una joven y hermosa señorita, algo ligera de ropas, con los cachetes hinchados y masticando. El mozo depositó la fuente sobre la mesa y la señorita, ubicándose entre Serafín y Juan, en una demostración de los buenos pulmones que tenia, sopló lo que venía masticando sobre la fuente de tallarines, coronándola con esta novedosa salsa.

Cuentan que los muchachos pagaron y se fueron, habiendo comido sólo la picada de aperitivo...


Serenata... (Toto Amescua)

La bisabuela Rosa Nobile, los últimos años de su vida los vivió en “La Banderita” y contaba Lilia que Juan siempre le hacia bromas y ella siempre se reía y decía "¡Juan..Juan...!!!"

En una ocasión compraron o sacaron en algún sorteo un hermoso reloj con caja de música, que funcionaba como despertador, comenzando a funcionar a la hora señalada (que no siempre tenía que ser de mañana temprano). Dicho reloj se instaló en la habitación donde dormía la nona con sus nietas Inés y Etelvina, todavía solteras. Con este chiche Juan decidió gastarle una broma a su madre (que era bastante casamentera) y a la hora de la cena deslizó el comentario: "... por la noche vendrán los muchachos ??? a darle una serenata a las chicas...", poniendo gesto que no le gustaba mucho eso.

Con las chicas cómplices de la broma, pusieron el despertador a hora temprana de la noche, de manera que estuvieran todos despiertos. Al raato suena el despertador con la hermosa melodía de la caja de música y al finalizar la misma, la abuela comienza a decirle a sus nietas que deben agradecer la serenata, las nietas no se mueven de la cama diciendo que "...ni piensan. Que esos pesados se vayan a dormir y dejen de molestar”. La abuela se levanta de la cama diciendo que son unas desagradecidas, abre la celosía, asoma la cabeza y dice “Tante gracie...!!! ”


Contado por Serafín a sus nietos... (Toto Amescua)

Alrededor de 1900 Serafín con sus hijos se radican en Azul, en los campos ubicados en el camino llamado a la boca de las sierras, en el paraje “Siempre Amigos”, donde entre otras estancias estaba la llamada “Siempre Contrarios” de Garciarena. Por esa época no existía la Fábrica de Municiones de la Marina ni la Base Naval Azopardo, si porque aunque parezca mentira en el centro de la Provincia de Buenos Aires, en las sierras de Azul, hay una base Naval.

En aquellos tiempos se araba con bueyes y arado de mancera de 1 reja, por lo que para arar un campo grande se juntaba a un grupo numeroso de aradores, generalmente muchachos jóvenes o inmigrantes recién llegados de países europeos.

Los aradores montaban su campamento cerca de algún manantial para tener asegurada la provisión de agua para ellos y sus animales. Los manantiales son numerosos y comunes cerca de las sierras de Azul, a tal punto que son el origen del Arroyo Azul que tiene un importante caudal pocos kilómetros aguas abajo como para que pueda haberse construido con un embalse el Balneario de Azul.

Los campamentos consistían en varias carpas que rodeaban un fogón donde el cocinero hacia la comida. Las carpas eran dos postes parados, enterrados y uno horizontal de aproximadamente 5 o 6 metros, donde se montaban chapas de hierro galvanizado de 8 o 9 pies con un ángulo de 45º hacia cada lado, enterrándolas en la parte inferior y asegurando con sogas en la parte superior contra el poste horizontal. Se tapaba el extremo del lado de los vientos dominantes con chapas y bajo esta construcción se ubicaban generalmente 3 o 4 catres de campaña donde dormían los aradores. En invierno, que es cuando se prepara la tierra para la siembra de la cosecha fina las temperaturas por la noche pueden ser de 4 o 5 grados bajo cero. Se araba mientras hubiera luz, parando 1 hora a mediodía para comer. Contaba Serafín que los bueyes, tanto al mediodía como en noche parecían tener un reloj, pues a la hora exacta de parar enfilaban para el campamento, siendo imposible hacerles dar una vuelta más.

En los primeros años dentro del grupo de aradores estaban los hermanos Serafín y Juan, primo Pipoto Rossi y otros familiares de la rama de Roque y Andrés, con algunos inmigrantes recién llegados. Como en la época no había con que entretenerse en los momentos de ocio, cuando aparecía un pichi era el objeto de la diversión donde generalmente el inventor de las bromas solía ser Juan Bautista.

En oportunidad se estar arando un campo muy quebrado próximo a las sierras y habiendo entre los aradores un gallego recién llegado, tan ambicioso como creyente y fanfarrón, deciden jugarle una broma que resultó ser bastante pesada. En el campo que estaban arando había una tapera con monte tupido, bajando una loma muy pronunciada ubicada entre esta y el campamento. La historia comienza algunas noches antes del episodio, cuando a la hora de la cena alrrededor del fogón se comienzan a contar historias de aparecidos relacionados con personajes que alguna vez habitaron la tapera y que tuvieron muertes trágicas, mostrando los que la relataban entre miedo y respeto.

El gallego que además de crédulo era fanfarrón, a la tercera noche va a su carpa y les muestra a los demás aradores el Colt 44 largo que poseía, diciendo que con eso no le tenía miedo a nada. Al día siguiente aparece en la melga que estaba arando este personaje un porrón de barro, de los que se envasaba la ginebra, con un mapa en su interior que marcaba el lugar donde había un importante tesoro. Por supuesto las medidas del mapa para encontrar el tesoro enterrado a dos metros de profundidad, estaban relacionadas con el ombú gigante de la tapera y comenzaban a partir del punto de proyección de la sombra sobre el suelo de la punta superior del árbol en la tercera noche de luna llena a las 24. Al mediodía el gallego llega eufórico al campamento y cuenta el hallazgo a sus compañeros, invitándolos a participar en la búsqueda del tesoro, reservándose la mayor parte del mismo para si, por haber encontrado el mapa. Al principio todos rechazan la propuesta por la poca participación en el reparto y el peligro por las misteriosas apariciones relacionadas con la tapera y sus muertes trágicas. Ante la insistencia del interesado, quien ofrece aumentar la participación a los que lo acompañen, diciendo que él irá a la cabeza de la expedición, todos aceptan menos Juan quien insiste con el miedo que le producen las apariciones, "que son cosas del diablo..."

Dos días después, a las 23 horas del 3º día de luna llena parte del campamento la expedición con varias palas, faroles a mecha alimentados a kerosén, cinta para medir, encabezada por el gallego que iba varios metros adelante con el Colt 44 en la mano y el resto con las armas que tenían. Juan que no participaba del evento se había acostado temprano para el gallego. En realidad se había escapado del campamento después de cenar rumbo a la tapera para instalarse en el pozo abierto durante el día por el cocinero cuando los aradores se encontraban realizando su tarea, donde en su interior estaba la horquilla de mango largo, con la media calabaza (zapallo grande) calada imitando una calavera clavada en los dientes de la misma, con el farol de kerosén atado a la horquilla de manera que iluminara hacia delante a través de la calavera y por debajo de los dientes y atado a los mismos, cruzado 90º respecto del mango un palo del que colgaba una sabana blanca, todo prolijamente preparado y colocado en el pozo por el cocinero durante el día.

La expedición remonta la loma y comienza a bajar rumbo a la tapera y cuando se encontraba a unos 100 metros, de pronto y en medio de la noche se eleva una figura fantasmagórica con cabeza de calavera humana iluminada y cuerpo blanco, el gallego en principio muy seguro levanta el revolver y dispara los 6 tiros, que fueron contados prolijamente por Juan desde el pozo. Los acompañantes en cuanto apareció la figura se dieron a la fuga rumbo al campamento espantados y profiriendo gritos, sin disparar un solo tiro para no confundir, el gallego de pronto se encuentra solo, en medio de la noche, sin balas y con la figura que luego de haber recibido 6 tiros se aproxima a toda velocidad hacia él, por lo que tira el revolver y comienza a huir profiriendo gritos desesperados, pronto alcanza y pasa en la huida a sus compañeros de aventura, llegando primero al campamento, donde sus compañeros lo encuentran tirado en el suelo, haciendo cruces en la ceniza, semi ahogado y repitiendo "blanca con cuernos", con tal consternación que siguió ahogado y con fuerte taquicardia por mas de 1 hora, lo que les hizo pensar que se les iba a morir allí mismo. Esa noche nadie durmió en el campamento, pues el gallego les pedía muy excitado que todos rezaran juntos para espantar al diablo.